Esa misma noche le prometí cuidarme y prometí regresar a cantar su nana, y lo hice. Aún cuando ella realmente no lo sabía, pero seguramente me habría estado esperando esas horas en las que estuve ausente. Mis pensamientos llegaron a culparse de ello pero no era cosa que yo pudiera controlar; incluso con mis habilidades no tenía el poder absoluto del todo que me causaba contratiempos para estar junto a ella.La ventana, tan fiel como siempre, estaba abierta esperando mi llegada. No tardé demasiado para entrar y perturbar mi nariz, mis sensaciones y mis pensamientos con aquel dulce y desgarrante aroma de la que yacía en la cama completamente rendida, muerta y sumisa en sueños. Mis labios se estrecharon y formaron una sonrisa instantanea cuando vi sus cabellos revueltos sobre la cama, pues la almohada ahora estaba a un lado de su cabeza, la pijama tan rasgada y su posición recostada que hasta en cierto punto parecía incómoda.
Bella siempre me quitaba la similitud y continuidad de mis pensamientos. Llevándome a un mundo que para mi era completamente desconocido. En ese preciso momento no quise ni siquiera recostarme a su lado para no despertarla, aunque los verdaderos y furtivos motivos eran estos: Me fascinaba verla dormir. Era una de las cosas que más me gustaba hacer además de pasarmela junto a ella.
Era el momento en que Bella no tenía que explicarme nada, en que ella no hablaba ni me decía lo que pensaba. Eso. Eso era lo que más me desesperaba y me atrapaba. Efímeramente movía algún pie, un brazo, e incluso su cabeza aún dormida mientras escuchaba aquel sonido favorito que tenía, los hermosos y melodiosos sonidos de su corazón calmado entre el silencio de la habitación. Cuando mis oídos se concentraban únicamente en esos sonidos, los demás me eran inexistentes.
Ni ronquidos ajenos. Ni gatos. Ni perros. Ni aves. Ni el viento. Nada.
Nada escuchaba que no fuera su corazón y su respiración moderada.Volví a sentirme un acosador psicópata.
¿Y todavía sabiéndolo y restregandomelo en la cabeza, qué hice? Me fui hacia ella y me senté sigilosa e imperceptiblemente a su lado, acomodando y moldeando mi cuerpo para no rozarla siquiera. Ahí me quedaría toda la noche si era necesario. Viéndola dormir, tratando de averiguar o imaginar qué imagenes tenía en su cabeza cuando soñaba, ver si era una pesadilla o no dependiendo de sus respiraciones..
Ahí estaba yo, el León cuidando a la Oveja que dormía plácidamente.
Y ahí estaba la Oveja.. inconsciente del peligro y la protección a la vez a su lado.
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Sin palabras, y con el corazón latiéndome desenfrenado.
twilight? aun no me da por leerlo xD
ResponderBorrarte leo, mm.. ilusionada.
o me equivoco? [: