"—Es una de las cosas de las que me di cuenta anoche, te has metido dentro de mi corazón...
— ¿Has llorado por eso?... Ahora estamos metidos en un problema... Estás adentro también."
El destino trabaja de maneras curiosas; nunca se sabe qué te va a tocar, cuándo y por qué. A veces, incluso, pareciera que no tiene meta en sí, y tan sólo le gusta jugar con uno hasta que se le ocurre algo más que hacer.
"— ¿Pánico? ¿Por qué deberías tener pánico?
—Olvídalo. Pienso en exceso, ya deberías saberlo.
—Me preocupa que esos pensamientos te lleven a decisiones precipitadas y tontas...
—Jamás hago algo sin pensarlo, y mucho menos si no es lo correcto según mi criterio.
—Eso es lo que me preocupa... Tu criterio."
En muchas ocasiones —como buen juguete—, no sabemos qué es lo que nuestro amo hará con nosotros, e incluso nos parece que todo va bien hasta que la muñequita de cristal que se andaba columpiando en un árbol es lanzada junto a los soldaditos en la bomba atómica ¿Por qué? Ni idea, a veces dicen que la vida es cruel.
"— ... ¿Te preocupa que me vaya?
—Ni te imaginas..."
Por mucho que queramos, no podemos ser dueños de la situación cuando los eventos desafortunados se desencadenan. Podemos influir en ellas, sí, pero nada nos asegura que nuestras decisiones sean las correctas o si nos causarán daño en un futuro cercano o lejano. Llega a ser increíble incluso cómo después de la pequeña tormenta todo se apacigua y parece que las cosas retoman su curso normal.
"—Buenas noches, hasta mañana. Te quiero."
Pero...
BANG!
Sin esperarlo, se cae el castillo de naipes y todo se apaga... Literalmente, en mi caso.
"—Lo mejor será que yo me vaya.
—¿Por qué?
—Tú sabes por qué."
Y el pánico ataca. El corazón se acelera por el miedo, los ojos se llenan de lágrimas y parece que la vida ha perdido todo sentido posible.
Y aún no se va.
"—Yo ya no puedo, ni siquiera me lo puedo imaginar...
—Hay que ser claros ¿Qué pasará si en unos meses termino amándote? ¿Cómo vamos a hacer? ¿Qué vas a hacer tú?"
Hay cosas que pueden verse, otras que no, algunas más que hacen mucho daño para revivirlas. A pesar de todo, al final la muñequita es rescatada maltrecha y llena de rasguños por el ángel, quien se preocupa de curarle todas las heridas hasta que el cristal vuelva a brillar en todo su esplendor.
Es verdaderamente curioso como obra el destino... Y como una semana de completa oscuridad puede dar paso luego a la luz cegadora y cálida del futuro, lleno de amor.
" Tú: Un año, ¿tan rápido?
Yo: Un año... Eso veía.
Tú: Es increíble que ya haya pasado un año. DD:
...
Aw, te amo.
Yo: ¡Yo también te amo! "
miércoles, marzo 24, 2010
jueves, marzo 04, 2010
El pasado, pisado.
Al final, el aquí y el ahora es lo realmente importante.
{ ¿de qué sirve enfadarme o sentirme incómoda por cosas que ya no son así?
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