viernes, agosto 27, 2010

Rêveurs.

Los soñadores a veces se sienten perdidos, opacados entre el mar de gente normal, molestados y apartados. Son contagiados por la nube gris de la monotonía que en ocasiones se confunde con el estandar, apagando la propia luz característica de ese pequeño grupo de personas felices.

A las soñadoras les gusta hacer magia, aman poder darle su toque a todo lo que les rodea, adoran el poder jactarse de hacer burbujas de colores con cada latido de sus corazones. En muchas ocasiones se sienten solas, incomprendidas y dañadas por un mundo demasiado cruel para comprender las pequeñas señales que ellas dejan en la cotidianeidad con el fin de que su mitades les sigan; más aún cuando el soñador amigo no parece llegar.

Incluso, pareciera que se apagan aún estando en presencia de sus semejantes, porque son muy sensibles, y a veces el mundo gris a su alrededor deja marcas en ellas que consiguen meterle miedo al soñar.

Pero, siempre está el soñador que abraza y da palabras de aliento, y que, por supuesto, jamás abandona a estas frágiles criaturas. Porque él comprende cómo es estar sólo, alejado e indefenso, y también conoce cómo los sueños se vuelven más coloridos al volver a creer en esta luz especial.

El soñador acoge, y ama como sólo él puede, a pesar de todo.

martes, agosto 17, 2010

—¿Sabes? A veces creo que nadie me escucha.

—¿Ah?

—Nada, nada...

—... ¿Dijiste algo?