Una de las cosas que más extrañaba era tocar música. Sin tiempo para mí apenas había tenido tiempo siquiera de tararear una cancioncilla, ni hablar de la guitarra.
Pero hoy tuve un antojo especial.
Imprimí un par de partituras, cargué las pilas de mi teclado —digno de mi suerte, el transformador murió—, bajé mi atril al primer piso y me puse en labor. Creo que hay pocas cosas que me abrigan tanto el corazón como ver nacer una canción bajo mis dedos. No seré una Beethoven, pero nunca toco las teclas de un piano porque sí, siempre le pongo amor especial porque la sensación de sacarle una sonrisa a alguien (aunque sea, a veces, sólo a mí misma porque así lo quiero) con lo que suena no tiene precio, y es un regalo que aprecio demasiado.
Lo mejor es saber que así como siento que mis manos se ponen ansiosas cuando toco un piano, también puedo sentir la felicidad de las teclas que me dan la bienvenida de vuelta, como si el tiempo no hubiera pasado.
martes, enero 31, 2012
miércoles, enero 04, 2012
Ma valse.
martes, enero 03, 2012
Amigos.
Sin razón especial, a veces a uno le dan ganas de agradecer con el alma pequeñas cosas de la vida. Cosas que siempre están ahí y que, tal vez por la rapidez de las horas o por el mismo despiste del que uno es víctima con la vorágine de los tiempos, no les damos la suficiente importancia; me da la impresión de que no nos preguntamos lo suficiente qué sería de nuestra vida si esas cositas no estuvieran ahí.
O, bueno, siempre puede ser sólo una más de mis cavilaciones mentales. No es secreto que mi cabeza no funciona bien, en el más tragicómico de los sentidos.
Ayer, como un regalo del cielo, o nada más como un recordatorio de lo bonita que mi vida es, me vi sin planearlo rodeada de amigos. Lo curioso de esto es que mis amigos son los mejores del mundo, es como si alguna mano invisible me los pusiera en el camino, ahuyentando a los que no tienen valor suficiente para adoptar la palabra amigo como un vínculo que los relacione conmigo. Son de esa clase de personas que se dan el tiempo de darte aunque sea una palabrita (lo curioso, es que esas palabritas pueden significar un mundo en su sencillez, y eso es lo que las hace tan grandiosas y a mis amigos tan valiosos), yo supongo que ni siquiera con la intención de decirte 'Oye, estoy aquí', sino por el simple hecho de que les nace como algo natural, ¿no es bonito aquello? ¡De las más curiosas y variadas formas! Y lo interesante es que cada una puede adaptarse a mí como un guante sin el más mínimo esfuerzo. Porque sí.
En fin. Gracias, amigos. <3
O, bueno, siempre puede ser sólo una más de mis cavilaciones mentales. No es secreto que mi cabeza no funciona bien, en el más tragicómico de los sentidos.
Ayer, como un regalo del cielo, o nada más como un recordatorio de lo bonita que mi vida es, me vi sin planearlo rodeada de amigos. Lo curioso de esto es que mis amigos son los mejores del mundo, es como si alguna mano invisible me los pusiera en el camino, ahuyentando a los que no tienen valor suficiente para adoptar la palabra amigo como un vínculo que los relacione conmigo. Son de esa clase de personas que se dan el tiempo de darte aunque sea una palabrita (lo curioso, es que esas palabritas pueden significar un mundo en su sencillez, y eso es lo que las hace tan grandiosas y a mis amigos tan valiosos), yo supongo que ni siquiera con la intención de decirte 'Oye, estoy aquí', sino por el simple hecho de que les nace como algo natural, ¿no es bonito aquello? ¡De las más curiosas y variadas formas! Y lo interesante es que cada una puede adaptarse a mí como un guante sin el más mínimo esfuerzo. Porque sí.
En fin. Gracias, amigos. <3
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