La noche que me quieras
desde el azul del cielo,
las estrellas celosas
nos mirarán pasar
y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa
que verá... ¡que eres mi consuelo!
domingo, julio 06, 2014
Pero probablemente esa noche no llegue.
martes, julio 01, 2014
No es voraz, no es poderoso como un tifón, no es violento ni abrupto.
Espera, observa, se cultiva como un ligero brote, una pequeña raíz que no se doblega ante el frío invernal. Se alimenta de un sueño compartido, de conversaciones insustanciales a horas inhumanas, de escenarios imposibles que en ocasiones engañan, pareciendo demasiado concretos para tratarse de una mera fantasía.
Eso le da fuerza, la raíz de pronto se abre paso y saluda el cielo, llenándose de luz de sol.
El beso es suave, aún titubeante, aún prohibido. Pero las ligeras sonrisas no retroceden ni un segundo, ni siquiera cuando los labios se acarician.
Dos corazones palpitan, triunfantes, en aquel momento que no debería existir.
Espera, observa, se cultiva como un ligero brote, una pequeña raíz que no se doblega ante el frío invernal. Se alimenta de un sueño compartido, de conversaciones insustanciales a horas inhumanas, de escenarios imposibles que en ocasiones engañan, pareciendo demasiado concretos para tratarse de una mera fantasía.
Eso le da fuerza, la raíz de pronto se abre paso y saluda el cielo, llenándose de luz de sol.
El beso es suave, aún titubeante, aún prohibido. Pero las ligeras sonrisas no retroceden ni un segundo, ni siquiera cuando los labios se acarician.
Dos corazones palpitan, triunfantes, en aquel momento que no debería existir.
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