Es muy gracioso lo que hace la percepción. De pronto hay gente ahí, alrededor tuyo, pero cuando miras más detenidamente ese "de pronto" resulta haber sido un poquito más largo de lo que pensabas, y ese "ahí" se vuelve un ahí.
Me recuerda un poco a lo que dijo una amiga sobre el Big Bang, y como ella y yo éramos partículas muy pegaditas en ese instante donde todo comenzó, que por eso ahora es tan fácil seguir así de juntas, aunque parezcamos seres distintos por fuera.
Entonces, es ahí donde me pregunto: ¿Cuántas partículas habrá realmente orbitando cerca de mí? A escondidas, disfrazadas de gente que en un principio parece tan lejana como la Vía Láctea y Andrómeda.
Pero que —eventualmente, tal como esas dos galaxias— están destinadas a colisionar y fusionarse.