miércoles, enero 28, 2009

Epifanía.

Es fácil ser irónico cuando uno está enojado. Es sencillo tirar mugre al mundo sin importar lo que pase luego, porque nada parece más importante que la misma ira que invade el cuerpo, que hace que los pulmones parezcan almacenar lava hirviente hasta reventar. Es más que simple gritar hasta que ya no quede aliento, buscar un blanco para el enojo y transformar todas las cosas buenas - las que enamoran - en defectos horribles, los más feos del mundo.

Parece el mejor final, sin cuentos, sin sonrisas, sin hielo para amainar el dolor. Se ve como el final más común, más directo y sin posibilidad de vuelta atrás.

¿Qué tan difícil puede ser seguir adelante sin rencores?

A mi no me parece demasiado, porque a pesar de haberme hasta burlado de tus estados depresivos...

Aún deseo que seas feliz, no importa que no sea mi felicidad.

jueves, enero 22, 2009

Life goes on.

Hasta que me saque el aliento de los pulmones.



Eso era lo que necesitaba, una buena patada en el estómago, justo dónde más duele.

Hasta llegar al corazón.

Que bueno que luego existe el alivio. Ese que te murmura en el oído: "El dolor ya pasó. Camina, que ya no te caerás hecha pedacitos".

La vida sigue, y no ha pasado ninguna horrible tragedia.