martes, febrero 24, 2009

Don't Dream It's Over.

• Leche condensada.
• Halls.
• Padrinos Mágicos.
• Pan con queso.


"Ahora cada vez que me encuentre con una de esas cosas me acordaré de ti"
Le dije.


"Fase uno. Completada." Fue lo único que dijo mientras me sonreía casi burlonamente.

Es terriblemente abrumador el hecho de no poder resistirme a su sonrisa; esa que me hizo prometerle un concierto privado de "Kiss Me" y "Dancing Queen". La misma que mostró cuando me dijo que conocía Sixpence, pero no por la canción más famosa que tienen, sino por el cover de Crowded House. También está ahí cuando le digo que me gustan los grupos que me recomiendan y se incrementa cuando le digo que soy feliz.

Exactamente es esa sonrisa con la que me quiere convencer para que le muestre este blog. Ese es el punto en donde no voy a ceder, no puedo ceder.

Por ahora, tengo que evitar mirarlo por demasiado rato o podría perder el hilo de mis pensamientos y cometer una estupidez.

sábado, febrero 14, 2009

Me contó una amiga.

Se supone que no lo se, pero eso no evita que me de ternura.

Las actitudes pueden significar muchas cosas, en especial cuando están llenas de amor. El corazón se me hincha cuando me percato de que no le importa el tiempo que sea, si es muy corto, si es casi nada, si no existe; porque él atesora cada instante como eterno, porque la compañía es lo único que le basta. Porque es feliz así, con simpleza, con clases de piano y leche condensada como vicios comunes.

"No me atrevo a pedirle su msn." Dijo.

Es lindo cuando te das cuenta de la verdad de las cosas que malinterpretas.

viernes, febrero 06, 2009

Privilegiados.

Corrió y corrió. Los pulmones le quemaban, las piernas le pesaban, los ojos le ardían. Cada paso que daba era como un agónico suplicio; lento, exasperante y horrible. No quería correr - es más - odiaba correr.

Pero tenía que hacerlo, porque era su último recurso.

Todo va a estar bien, todo va a estar bien.

Su cabello volaba tras ella, como un silencioso velo, único testigo de sus angustiosos pensamientos. Los brillantes ojos sólo tenía fijo un objetivo, a pesar de ser invisible: el motivo de la vida, las sonrisas diarias, los enamorados suspiros, las suaves caricias, los arrebatadores besos...

La otra mitad.

Todo va a estar bien, todo va a estar bien.

Entonces, casi como un último aliento para continuar - el único que iba a necesitar hasta dejar de correr -, en la lejanía pudo divisar una encantadora sonrisa, solo para ella. Pero fue suficiente, porque aunque apenas podía distinguir su silueta a la distancia, sabía que estaba allí; lo sentia en cada pequeño poro de su cuerpo, en cada diminuta descarga eléctrica que la recorría al ser tan solo consciente de su embriagadora presencia, en cada zancada que daba para llegar hasta él.

Todo va a estar bien, todo va a estar bien.

Y por primera vez en el día sonrió. Sonrió porque estaba completa, porque el mundo volvía a girar, porque sus mejillas comenzaban a encenderse y su corazón latía más rápido no por la carrera; sino por la emoción de estar a su lado otra vez.

Sonrió porque la estaba esperando y le extendía los brazos para que se acurrucara en ellos, para que los convirtiera en su hogar mientras pasaban las horas en su compañía.

Y entonces supo que todo estaba bien, mientras le besaban la coronilla con ternura.