martes, octubre 06, 2009

Juguemos a imaginar.

Imaginemos que estoy contigo, que estamos los dos juntos sentados frente a un lustroso piano de cola tocando las escalas aunque no nos salgan perfectas y las notas de repente suenen mal. Fantaseemos con que luego nos vamos caminando tomados de la mano hasta nuestro prado, nos sentamos frente a frente sin necesidad de palabras y sonreímos solo porque la vida nos parece perfecta, porque no necesitamos nada más que estar juntos; que mágicamente nuestra canción de amor resuena en nuestras cabezas al unísono y en nuestros ojos se nota como creemos ciegamente en el 'We know they won't win'.

Imaginemos también que reímos, que yo despierto enfurruñada mientras tú saltas en mi cama porque estás medio dopado y te gusta verme atontada luego de una siesta. O si lo prefieres, pensemos que despierto y tú aún estás a mi lado arrullándome, dándome esas caricias en mi espalda únicas en el mundo que parecen adormecer todos mis sentidos, como si un ángel me susurrara al oído palabras de amor que jamás pensé escuchar para mi.

Imaginemos que no me pongo a llorar cada vez que tocas mi corazón, que no parece que los desórdenes hormonales de adolescente enamorada me están afectando ahora que estás conmigo; pensemos que es solo porque me gusta que se me hinchen los ojos y mi nariz parezca una llave de agua mal cerrada, y que lo hago porque adoro la forma en que me abrazas luego y me dices que todo está bien, que estamos juntos en las buenas y en las malas.

Imaginemos que no nos conocimos de la manera más particular que hay, que no nos mandábamos las indirectas más directas del mundo y nos volvimos polojevos sin darnos cuenta, que desde siempre hemos estado juntos y todos los días vas a buscarme al colegio y te enseño a tomar helado sin mancharte luego de clases; y si no tenemos dinero, nos robamos un tarro de leche condensada y con eso somos más que felices.

Imaginemos que ahora has subido por mi ventana y has venido a observarme soñar, o si me desvelo por dormir siesta para estar contigo, se te ha activado la alarma de mi-novia-tiene-que-descansar y estás pensando en un lindo cuento para entretenerme mientras busco el sueño entre tus brazos como una niña. Como tu pequeña protegida.

Imaginemos que —por un momento— todo esto es cierto.

Porque imaginar alegra, porque al imaginar todo es bueno.

2 comentarios:

  1. Podemos seguir imaginándolo hasta convertir ciertas cosas en realidad... ¿Quieres?

    ResponderBorrar
  2. Oh, ¿no lo dije?










    ¡Te amo!

    ResponderBorrar

Está comprobado* que dejar comentarios es bueno para la salud; mejora la digestión y disminuye el riesgo de sufrir paros cardíacos.


*Nᴏ, ɴᴏ ᴇsᴛá ᴄᴏᴍᴘʀᴏʙᴀᴅᴏ, ᴇs ᴜɴᴀ ᴠɪʟ ᴍᴇɴᴛɪʀᴀ ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴇɴ ʟᴏs ᴘᴏsᴛ. Sɪ ᴀ ᴜsᴛᴇᴅ ʟᴇ ᴅᴀ ᴜɴ ᴘᴀʀᴏ ᴄᴀʀᴅɪᴀᴄᴏ ᴀ ᴘᴇsᴀʀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀᴍᴇ, ɴᴏ ᴍᴇ ᴄᴜʟᴘᴇ, ᴛᴀᴍᴘᴏᴄᴏ ᴠᴇɴɢᴀ ᴀ ᴘᴇɴᴀʀᴍᴇ sɪ ᴇs ǫᴜᴇ sᴇ ᴍᴜᴇʀᴇ.