Ella siempre fue bonita, lo sabía, estaba rodeada de amigas, iba a fiestas, se divertía. Tal vez huía de su casa, porque no era exactamente una princesa ahí, le tocaba más de Cenicienta la mayoría del tiempo. Su mejor amiga siempre fue su mamá; era la menor de la familia, la única que quedaba.
Él tuvo que ser valiente. Viajó desde lejos para buscar su vida; fue inteligente, brillante, de hecho, sus sueños le ayudaron a formar su propia historia, solito como estaba. No era de muchos amigos, es más, comunmente andaba serio y abstraído. Le gustaba pasear y mirar, aún le gusta.
Nunca compartía lo que pensaba o lo que sentía, por eso no muchos se daban cuenta de su pequeño pasatiempo.
Todas las tardes, casi religiosamente, se sentaba en una banca de la plaza a observarla sonreír.
Estaba muy consciente de que ella ni siquiera tenía una remota idea de su existencia, que ni siquiera le había visto por casualidad; curiosamente, no le importaba, después de todo, ¿qué oportunidad iba a tener él con una mujer tan bonita, tan interesante y distinta a él? No, él debía aprender a conformarse y sólo observar a aquel ángel desde lejos.
Aunque, a veces el destino quiere otras cosas, como tener amigos en común y encontrarse en la casualidad de ser presentados.
—Katty, te presento a Manuel.
Ella le saludó con un beso en la mejilla, y ambos con esa caricia se sintieron morir.
No fue fácil el tiempo siguiente. Se amaron, se ignoraron, se aproblemaron, terminaron, volvieron, los separaron, siguieron unidos, se amaron por sobre todas las cosas. Hacían magia en su pequeño mundo, donde no había más que ellos dos después de vivir tanto. ¿Qué importaba el resto? ¿Qué importaba que la mamá de ella lo echara de la casa con un sable?
Se casaron.
¿Qué importaba que los hicieran dormir separados en el espacio del matrimonio civil hasta los meses después y el casamiento por la iglesia?
¡Ni siquiera interesaba que tuvieran que comprar aceite suelto para que el sueldo les llegara hasta fin de mes!
Nada importa para los enamorados cuando pueden despertar todos los días mirándose a los ojos, escuchando un 'te amo' una vez más.
Todo, ciertamente, vale la pena cuando aún veinte años después ellos dos bailan en medio de la cocina, perdidos en su propio mundo mientras él le da besos en la frente. Porque siguen siendo uno.
Feliz aniversario, mis viejitos. ♥
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Está comprobado* que dejar comentarios es bueno para la salud; mejora la digestión y disminuye el riesgo de sufrir paros cardíacos.
*Nᴏ, ɴᴏ ᴇsᴛá ᴄᴏᴍᴘʀᴏʙᴀᴅᴏ, ᴇs ᴜɴᴀ ᴠɪʟ ᴍᴇɴᴛɪʀᴀ ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴇɴ ʟᴏs ᴘᴏsᴛ. Sɪ ᴀ ᴜsᴛᴇᴅ ʟᴇ ᴅᴀ ᴜɴ ᴘᴀʀᴏ ᴄᴀʀᴅɪᴀᴄᴏ ᴀ ᴘᴇsᴀʀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀᴍᴇ, ɴᴏ ᴍᴇ ᴄᴜʟᴘᴇ, ᴛᴀᴍᴘᴏᴄᴏ ᴠᴇɴɢᴀ ᴀ ᴘᴇɴᴀʀᴍᴇ sɪ ᴇs ǫᴜᴇ sᴇ ᴍᴜᴇʀᴇ.