viernes, septiembre 07, 2012

Tragicómico.

Querido blog:

Seré sincera y no me contendré como suelo hacerlo a pesar de ser éste el lugar donde suelo ser más honesta conmigo misma. Supongo que es normal en mí que nunca me sincere completamente con nada o nadie; por eso nunca escribí más de dos entradas seguidas en mis diarios de vida.

Hace mucho que no lloraba de verdadero dolor, ¿sabes? Hoy, a casi tres meses del evento, me di el tiempo de ponerme a conversar conmigo misma en retrospectiva. Y admití que tengo el corazón terriblemente roto. Lloré, lloré, lloré y lloré. Me aovillé, me tapé la cara y sentí como me temblaba todo el cuerpo; no pude hacer nada más que esperar a que los sollozos me dejaran tranquila. Me convencí de que sería bueno escribirlo.

Es triste, pero parece que la inspiración me viene sólo con la alegría o el dolor del corazón.

¿Soy una soñadora irremediable, blog? ¿Sirvo para un mundo que de lo que yo sueño no tiene mucho? Por favor, no pienses que soy una malagradecida. Tengo techo, comida, educación, salud y una familia y amigos que sé que me adoran. Y ese es mi problema. No me basta, no me es suficiente con la normalidad. Allí en lo más profundo de mi corazón, todo mi mundo gira en el deseo de no sólo pasar por esta vida, de tener una historia de amor digna de todos los libros melosos que me he leído, de tener una aventura que pueda plasmar yo misma. Que me escriban una canción donde yo sea la chica de verano —o de invierno, o de primavera, no me importa—, que se tomen fotos tontas conmigo sólo porque se me ocurrió tener una cámara vieja con rollo, que jueguen con mi pelo y que me digan una y mil cosa bonitas.

Si comienzo a hilar otra vez pensamientos de manera aleatoria, puedo decir también que lo peor de todo es haberlo tenido y que no haya sido más que, al final, leer otro libro. Porque no puedo decir que fue mi historia, y si lo fue, fue para ser escrita como resumen y no para seguirla escribiendo hasta el día en que me cremen y tiren mis cenizas en un bosque bonito.

¿Lo peor? Me pasa por ser tonta. Tonta, tonta, tonta. O ingénua, qué se yo. Desearlo tanto que, a pesar de lo increíble que pueda parecer todo, cierras tus ojos, tomas un profundo respiro y te dices 'No importa, ¡puede pasar! Y si no, lo disfrutaré mientras dure'. El problema no es tanto algo como perderlo y recordarlo, sino el nunca haberlo tenido y aún así recordarlo. Como que te hayan inventado algo.

Lo más tragicómico (y es que no tengo remedio), es que toda esta perorata nació por estar —de nuevo— llenándome de emociones por historias que no son mías y nunca lo serán.



1 comentario:

  1. Anónimo2:53 a.m.

    Paso a dejar mis anónimos deseos de animo para usted, señorita golondrina

    Nunca se es demasiado tarde para escribir un libro nuevo.

    Anónimo.

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Está comprobado* que dejar comentarios es bueno para la salud; mejora la digestión y disminuye el riesgo de sufrir paros cardíacos.


*Nᴏ, ɴᴏ ᴇsᴛá ᴄᴏᴍᴘʀᴏʙᴀᴅᴏ, ᴇs ᴜɴᴀ ᴠɪʟ ᴍᴇɴᴛɪʀᴀ ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴇɴ ʟᴏs ᴘᴏsᴛ. Sɪ ᴀ ᴜsᴛᴇᴅ ʟᴇ ᴅᴀ ᴜɴ ᴘᴀʀᴏ ᴄᴀʀᴅɪᴀᴄᴏ ᴀ ᴘᴇsᴀʀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀᴍᴇ, ɴᴏ ᴍᴇ ᴄᴜʟᴘᴇ, ᴛᴀᴍᴘᴏᴄᴏ ᴠᴇɴɢᴀ ᴀ ᴘᴇɴᴀʀᴍᴇ sɪ ᴇs ǫᴜᴇ sᴇ ᴍᴜᴇʀᴇ.