Como este.
No suelo sentir esta clase de incomodidad a menudo, lo que me hace estar todavía más vigilante de mis actitudes, como desastrosa libra que soy. Eso pasa cuando uno trata de pasar la vida intentando no quitarle derechos a nadie y, en general, buscando formas de ayudar a que todos tengamos dignidad y un buen pasar en este mundo.
Será el encierro, que impide que uno pueda moverse, o el hecho de que en las últimas semanas esto del activismo performativo ha salido mucho a colación, cosa que igual es buena. Pero es cierto que la digitalidad es cómoda, que llenar de cosas para visibilizar y sentirte bien con eso es cómodo.
"Pero yo pongo el cuerpo", me digo.
Y sí, lo hago, pero eso no es un ticket de permiso para dejar de cuestionarse, para dejar de intentar hacerlo mejor. Para no conformarse.
Esta incomodidad, en cierto modo, es bacán. Me avisa que envejezco, pero que al menos intento no arrastrar malos hábitos.
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Está comprobado* que dejar comentarios es bueno para la salud; mejora la digestión y disminuye el riesgo de sufrir paros cardíacos.
*Nᴏ, ɴᴏ ᴇsᴛá ᴄᴏᴍᴘʀᴏʙᴀᴅᴏ, ᴇs ᴜɴᴀ ᴠɪʟ ᴍᴇɴᴛɪʀᴀ ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴇɴ ʟᴏs ᴘᴏsᴛ. Sɪ ᴀ ᴜsᴛᴇᴅ ʟᴇ ᴅᴀ ᴜɴ ᴘᴀʀᴏ ᴄᴀʀᴅɪᴀᴄᴏ ᴀ ᴘᴇsᴀʀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀᴍᴇ, ɴᴏ ᴍᴇ ᴄᴜʟᴘᴇ, ᴛᴀᴍᴘᴏᴄᴏ ᴠᴇɴɢᴀ ᴀ ᴘᴇɴᴀʀᴍᴇ sɪ ᴇs ǫᴜᴇ sᴇ ᴍᴜᴇʀᴇ.