Día curioso en el que supero mi marca de escritura desde 2009.
2009. Un año que recuerdo con cariño a pesar de las enormes pérdidas. Un año en que salí del algodón de la vida para sentir, sentir, sentir. Y vaya que sentí y amé y conocí y extrañé y lloré y mis palabras volaron como drenaje para cada uno de los alborotados latidos de mi corazón.
Las flores de ayer ahora son pausas. En el día más lleno de viento que recuerdo de lo que va del año, siento como si la mitad del tiempo la pasáramos congelados. En criogenia, con el cuerpo rígido, atrapado en un grito que no sabe dónde salir.
Sentir, sentir, sentir. Sentir tanto que te abruma, a veces. Hace poco mi papá me dijo que desde siempre llevo más energía que la que mi cuerpo puede acarrear, por eso me paso cayendo. Ahora que parece que toda yo es energía y el mundo mi cuerpo, sentí lo mismo por un rato y tuve que bajarle el ritmo.
Ahora, con este viento, siento que ya el mundo está volviendo a acoplarse a mi energía.