Así que todo este tiempo sí había razón para sentirme acomplejada y preocuparme de hablar lento en los audios que mandaba.
lunes, febrero 24, 2025
domingo, febrero 23, 2025
Lamngen
El otro día fuimos a la ciudad más colonizada a aprender de lo que es resistir la colonización. Qué curioso.
Y nos sentimos horriblemente winkas, entre aquellos que sabían cuál era su pasado, su lengua, sus raíces. Entre el orgullo de ver hermosas personas ataviadas en sus ropas tradicionales. En el conocer, el pertenecer.
Había cantos de tristeza y resistencia, no se negaba la pérdida, ni la frustración, ni la lucha. Se cantaba suave como un arrullo en una lengua que me es ajena pero que tiraba dentro de mí, sobre dificultades, vicisitudes, desafíos. Sobre el llevar la raíz como un orgullo y un peso.
Y entre las lágrimas, salió el rugido, y no estuvimos solos.
“Lamngen”, me llamaron también, y me sentí en casa. En mi morena piel también están ellos.
jueves, febrero 20, 2025
domingo, febrero 16, 2025
I keep…
Wondering, wondering, wondering…
And the wind takes my thoughts and carries them away. I wish I could know if they'll land, and where, since it's the only kind of letter coming out of me now.
sábado, febrero 15, 2025
martes, febrero 11, 2025
(o no recuerdo cómo se llama)
… y otro montón de cosas super equis que de la nada me hicieron sentir genial.
lunes, febrero 10, 2025
Catita con amor.
Había una vez una niñita que se llamaba Catalina (Catita, para todos, eventualmente) y que fue criada con mucho amor. Tanto, que luego de un tiempo aprendió que no le gustaba que la trataran de otra forma. Nunca y bajo ninguna circunstancia.
En el jardín infantil, sus maestras intentaban llamarle la atención y tratarla con severidad. "Catalina", decían, en un tono muy serio, y Catalina las miraba con calma y les decía: "Si van a hablarme, díganme Catita con amor".
Y así quedó. Ya todas estas décadas después, las maestras siguen encontrándose a esa otrora niña en la calle, le dan un abrazo y sin titubear la llaman Catita con amor.
Catita con amor se ponía a llorar con las bromas pesadas de sus primos. Les decía "¡No me gustan esas bromas!", y sus primos se reían todavía más. Su abuelita tuvo que enseñarle a pegar.
Y era esa misma abuelita, esos mismos papás que la criaron con amor quienes luego la mandaban a hacer cosas con tono enojado. Catita con amor se rehusaba, obvio, porque no lo pedían con cariño. Por eso, tal vez, tuvo una relación extraña con la academia; sólo estudiaba bajo la promesa del amor y, cuando eso desapareció, dejó de hacerlo.
Catita con amor creció y creció pero esta premisa se mantuvo a pesar del tiempo, y era clara en pequeñas cosas: En la amiga que le regañaba y a quien decidiría, luego, no contarle más cosas; a la terapeuta que decidió decir las cosas con dureza, por lo que se rehusó, testaruda, a ocultar su esencia amorosa.
En esta tercera cosa, también:
Una conversación honesta, el equivalente en la inmaterialidad a una mano extendida, un intento de caricia, de abrazo. Palabras duras y defensivas de vuelta; un siseo, tal vez.
De vuelta, Catita con amor y un "Estoy conversando esto porque me importas y quiero entender, no quiero que peleemos, no estoy buscando atacarte".
Y su corazón descansó en el entendimiento, en el aprendizaje que creyó que había calado. En un corazón seguro.
Y Venus, Venus, Venus. Venus de pronto tenía todo el sentido.
Catita con amor, ahora, logró una cosa que había costado mucho sólo a través de la incondicional comprensión. Alguien entendió, por fin, y dijo: "Está bien, tú haces esto por esta razón, funcionas así y no tiene nada de malo" y de pronto todo se dio vuelta.
Catita con amor quedó sin razones para contradecir.
sábado, febrero 08, 2025
Dates.
Leer cosas, llorar, escribir, escribir, escribir, escuchar música, ver videos, intercambiar libros, conversar, viajar, mirar el mar, escuchar música, caminar, tomar fotos, mirar cuadros, recorrer museos, conversar con amigos, tomar café, llorar, leer cosas, cantar, escuchar música, escribir, salir a caminar, ir al psicólogo, viajar, leer, tocar el pastito, sentir el viento, ver pajaritos, pelear con avispas, caminar, escuchar música, leer, ir al cine, llorar, ir al psicólogo, hablar con amigos, tomar desayunitos ricos, mirar muchos videos, ir al cine, grabar videos graciosos, viajar, subir cerros, fotografiar murales, comer pizza, vestirse lindo, escuchar música, hacer montaje de videos, reír, reír, reír, ver documentales, bailar Michael Jackson, sentirse orgullosa, ir a entrevistas, rechazar ofertas, tomar helado, caminar, ver stickers, colorear, aprender acuarelas, escribir, escuchar música, abrazar al Gaspar, contemplar, sentir el aire, mirar el mar.
Repetir.
miércoles, febrero 05, 2025
Estómago.
Se lo traga todo, digiere las ideas y experiencias nuevas que tenemos.
¿Qué (o quién) es lo que usted no puede tragar? ¿Y lo que le revuelve el estómago?
Cuando hay problemas de estómago, eso significa generalmente que no sabemos cómo asimilar las nuevas experiencias: tenemos miedo.
Muchos recordamos aún la época en que empezaron a popularizarse los aviones comerciales. Eso de meternos en un gran tubo metálico que debía transportarnos sanos y salvos por el cielo era una idea nueva y difícil de asimilar. En cada asiento había bolsas de papel para vomitar, y casi todos las usábamos, tan discretamente como podíamos, y se las entregábamos bien dobladitas a las azafatas, que se pasaban buena parte del tiempo recorriendo el pasillo para recogerlas.
Ahora, muchos años después, sigue habiendo bolsas en todos los asientos, pero rara vez alguien las usa, porque ya hemos asimilado la idea de volar.