lunes, julio 12, 2010

Sueños de niña.

Cuando chiquita me conformaba con la alfombra de la casa para volar, con el sillón como bote para hacerme la muda y escuchar a los pececitos susurrar "¡Bésala!"; incluso, podía hacer como que mi pequeño estante era la biblioteca magnífica de un castillo. Tan sólo tenía que mirar a la nada para encontrar al príncipe de turno sonriéndome.

Con el tiempo, todos esos juego nada más se volvieron lindos recuerdos. Aún danzaba medio soñadora por la casa cuando quedaba sola y podía poner mis canciones de niña en la radio. Me gustaba sentarme, cerrar los ojos y evocar las imágenes que más me hacían volar; ya no era la princesa, pero daba igual.

Tampoco estaba buscando a los príncipes ya.

Por eso, me tomó por sorpresa cuando llegó sin aviso este individuo sin caballo, sin castillo y sin corona, pero con más alma de príncipe que cualquiera. Y me eligió a , como su princesa.



Puedo escribir esto simplemente porque quiero, porque soy feliz todos los días.

3 comentarios:

  1. Aquellos viejos tiempos... Me gustaría que se hubieran demorado un poquito más en terminar.

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  2. La maldición de crecer...

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  3. Y quien dice que se terminaron?
    aguafiestas ustedes dos!

    :D

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Está comprobado* que dejar comentarios es bueno para la salud; mejora la digestión y disminuye el riesgo de sufrir paros cardíacos.


*Nᴏ, ɴᴏ ᴇsᴛá ᴄᴏᴍᴘʀᴏʙᴀᴅᴏ, ᴇs ᴜɴᴀ ᴠɪʟ ᴍᴇɴᴛɪʀᴀ ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴇɴ ʟᴏs ᴘᴏsᴛ. Sɪ ᴀ ᴜsᴛᴇᴅ ʟᴇ ᴅᴀ ᴜɴ ᴘᴀʀᴏ ᴄᴀʀᴅɪᴀᴄᴏ ᴀ ᴘᴇsᴀʀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀᴍᴇ, ɴᴏ ᴍᴇ ᴄᴜʟᴘᴇ, ᴛᴀᴍᴘᴏᴄᴏ ᴠᴇɴɢᴀ ᴀ ᴘᴇɴᴀʀᴍᴇ sɪ ᴇs ǫᴜᴇ sᴇ ᴍᴜᴇʀᴇ.