miércoles, julio 21, 2010

Blah.

Me consideraba yo misma más valiente, más independiente y más segura... Quién iba a decir que luego me encontraría con los ojos llenos de lágrimas por nada.

A veces uno —o tal vez sea sólamente yo, que jamás he sido demasiado normal— teme mucho cuando tiene la felicidad justo al lado, cuando puede tocarla, saborearla todos los días, o por lo menos más que la mayoría de la gente que no se conforma con nada. Y me regaño, porque al final acabo siendo igual que todos, que pido más, y más, y más... Y no me maravillo con todas las luces incomparables que ya puedo ver iluminándome la cara.

Son tan pesados los nudos en la garganta... Pasan por nada y dificultan sonreír, a veces también nublan la vista con agua antipática. No me gusta llorar.

Por lástima, he descubierto que soy una persona que cuando entrega algo, se da demasiado, dejando retazos de ella misma que no le sirven para vivir por sí sola, o aguantar compartir a las personas que sin querer deja como sus protectores al ofrecerles su propio cariño. A veces teme que se le esfumen como el viento, que se aburran de ella y sus innumerables defectos; como este mismo tan antipático, sentirse como la mierda a veces sin motivo no invita mucho a la gente a que se te acerque.

No me gusta llorar, no me gustan los estados así... Pero a veces es necesario desahogarse de alguna manera, sin importar que alguien más pueda verlo.

Tal vez así simplemente comprendan y no pregunten.

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*Nᴏ, ɴᴏ ᴇsᴛá ᴄᴏᴍᴘʀᴏʙᴀᴅᴏ, ᴇs ᴜɴᴀ ᴠɪʟ ᴍᴇɴᴛɪʀᴀ ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴇɴ ʟᴏs ᴘᴏsᴛ. Sɪ ᴀ ᴜsᴛᴇᴅ ʟᴇ ᴅᴀ ᴜɴ ᴘᴀʀᴏ ᴄᴀʀᴅɪᴀᴄᴏ ᴀ ᴘᴇsᴀʀ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀᴍᴇ, ɴᴏ ᴍᴇ ᴄᴜʟᴘᴇ, ᴛᴀᴍᴘᴏᴄᴏ ᴠᴇɴɢᴀ ᴀ ᴘᴇɴᴀʀᴍᴇ sɪ ᴇs ǫᴜᴇ sᴇ ᴍᴜᴇʀᴇ.