De la Musa también se aprende.

A veces hay películas creadas para nosotros, que nos hacen soñar, encariñarnos y sentirnos identificados.

Yo no vi ninguna película que se pareciese a mi, pero he visto una que me recordó a cada segundo lo hermosa que es tu persona.

Una película que me recordó lo rápido que actúa tu corazón en una situación que te altera, me recordó las cosas sencillas que te gustan y que prefieres, me recordó que te gusta idear, que eres distinta, única y discreta, que no te vas a lo común, que tiendes a hacerte historias muy imaginativas cuando no sabes algo, que lo que sientes lo expresas por tus acciones y gestos, y no por tus palabras cuando ya no puedes soportarlo, que eres soñadora, desinteresada, que en lo que menos te preocupas es por ti. Que eres buena.

Me recordó que no importa qué, tú siempre te guías por el corazón aunque a veces temes utilizarlo.
Me recordó que no importa ser una persona ausente del mundo, que no importa si estás solo, porque a fin de cuentas, hay siempre alguien como tú en el mundo que espera a reencontrarte.

Me gustaría pensar que esa persona al otro lado de la ciudad, que nunca te habló, que se mandaban señas por ventanas, que se encontraron en una cabina de fotos rápidas y que tiende a ser menos común para el mundo, igual a ti, soy yo.

Tú eres mi Amélie.